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Lo que debes saber

Cuando vas llegando a Mineral del Chico, el bosque comienza a envolverte. Es el lugar perfecto para desconectarte —y literalmente perderte— entre árboles, niebla y más de 400 bloques de boulder repartidos por todo el bosque. Escalar aquí es especial, no solo por la roca, sino por el entorno: estás rodeado de vida, de verde, de calma.

Tuve la suerte de quedarme en el campamento Rocabisque, que está justo en medio del bosque. Desde ahí, a solo unos pasos, tienes acceso a bloques clásicos y zonas reconocidas, y si caminas un poco más hacia el fondo, se abre la vista hacia Las Monjas, unas paredes enormes que ofrecen multilargos espectaculares para quienes buscan algo más vertical.

Aunque puedes visitar casi todo el año, la temporada de lluvias (junio a septiembre) puede hacer difícil moverse por el bosque. Fuera de eso, cualquier época es buena para disfrutar de este lugar.

El campamento cuenta con cabañas, un restaurante sencillo y áreas comunes. No hay cocina para uso libre, y las regaderas tienen un costo adicional, así que conviene ir preparado. A unos 20 minutos en coche está el pueblo de Mineral del Chico, ideal para comprar despensa, cargar gasolina o comer algo rico en sus fondas o restaurantes típicos.

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